Una jornada para leer juntos: la Escuela Roca y el ILSE celebraron las Jornadas Nacionales de Lectura
El 26 de septiembre de 2025, en el marco de las Jornadas Nacionales de Lectura, los alumnos y docentes de la Escuela Primaria N.° 7 de 1 “Presidente Roca” compartieron, como cada año, una actividad especial con los estudiantes del ILSE (Instituto Libre de Segunda Enseñanza, dependiente de la UBA), colegio secundario con el que compartimos la misma vereda y una tradición de cooperación educativa y cultural.
Esta jornada, más que un evento, constituye un verdadero acto pedagógico, cultural y social que refuerza los lazos entre instituciones y pone en el centro de la vida escolar a la lectura como herramienta de formación, convivencia y transformación.
La importancia pedagógica de una jornada nacional de lectura
La lectura es la base de todo aprendizaje. Promover espacios de lectura compartida permite que los niños desarrollen comprensión, análisis crítico y disfrute estético del texto, al tiempo que los docentes acompañan y modelan prácticas lectoras significativas.
En un contexto colectivo, los estudiantes descubren que la lectura no es un acto individual aislado, sino una experiencia comunitaria donde se comparten sentidos, emociones e interpretaciones. Leer juntos es aprender a escuchar, a dialogar y a respetar la diversidad de miradas.
La dimensión cultural: la lectura como patrimonio común
La lectura abre las puertas de la cultura. Al participar en las Jornadas Nacionales de Lectura, los alumnos de la Escuela Roca y del ILSE se reconocen como parte de una tradición cultural más amplia que los trasciende: la de un país que apuesta a formar ciudadanos críticos, sensibles y creativos.
En este sentido, la jornada refuerza la identidad cultural compartida y el vínculo entre generaciones: los más grandes transmiten su experiencia lectora, los más pequeños descubren nuevas voces y autores, y todos se reconocen como protagonistas de una misma comunidad lectora.
La dimensión social: leer como acto de inclusión
Una jornada nacional de lectura también tiene un profundo valor social. Compartir textos en un mismo espacio rompe barreras entre edades, niveles e instituciones, y fortalece el sentido de pertenencia comunitaria. La lectura se convierte en un lenguaje común que une a todos, más allá de las diferencias, y abre la posibilidad de construir juntos valores de convivencia, respeto e inclusión.
La promoción de la lectura desde la biblioteca escolar
En esta experiencia, la biblioteca escolar ocupa un lugar estratégico. No es únicamente un depósito de libros, sino un centro de recursos para el aprendizaje, la investigación y la cultura. Promover la lectura desde la biblioteca implica reconocerla como un espacio democrático y accesible donde los niños encuentran materiales que despiertan su curiosidad, responden a sus intereses y les permiten descubrir nuevos mundos.
Pedagógicamente, la biblioteca cumple tres funciones centrales:
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Mediación lectora: bibliotecarios y docentes recomiendan, orientan y animan, generando un vínculo afectivo entre el niño y el libro.
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Autonomía lectora: la posibilidad de elegir qué leer refuerza la motivación y el gusto personal por la lectura.
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Inclusión educativa: garantiza igualdad de oportunidades al ofrecer acceso libre y gratuito a materiales que muchas veces no están disponibles en el hogar.
De este modo, la biblioteca se convierte en el motor pedagógico de la lectura, porque articula la dimensión formativa (comprender, analizar, disfrutar) con la dimensión social (convivir, respetar, incluir).
La Jornada Nacional de Lectura celebrada por la Escuela Roca y el ILSE fue mucho más que un encuentro en torno a los libros: fue un acto educativo y social que recordó a toda la comunidad que leer es pensar, sentir y compartir. Gracias a la articulación de ambas instituciones y al rol activo de la biblioteca escolar, los estudiantes no solo aprendieron a leer, sino que vivieron la experiencia de ser lectores: sujetos capaces de emocionarse, crear y transformar su realidad a través de la palabra.